Muchas opiniones surgieron al respecto de Windows … El caso es que, incluso ahora, sigue en el aire la pregunta ¿es mejor Linux que Windows?
Hay opiniones que son incuestionables, todos los programas tienen y tendrán fallas en su operatividad, por el simple hecho de que hay que considerar el factor humano que interviene en su conformación.
Si bien es cierto que Windows provee un ordenador operado y administrado por el programa mismo, en donde al usuario no le queda otra opción que conformarse con lo que este programa le ofrece, sea bueno o sea malo; no es menos cierto que Windows, aunque se le ha calificado como “la Caja negra”, ha contribuido a mejorar muchísimas cosas para los usuarios.
La realidad es que no hay que tomar partido dentro de estos dos sistemas operativos, simplemente habrá que poner por escrito las características que cada uno de ellos posee.
Por su parte, la característica que Linux maneja como su potencial ventaja, es que pone en las manos del usuario todo un código del sistema, el cual puede ser transformado de acuerdo a las necesidades del usuario. Aunque esto tiene
sus consecuencias.
Mientras Windows da la opción de resolver todo a través de sus sistema operativo, obligando al usuario a depositar su confianza en la buena aplicación del programa y, por consecuencia, del programador de dicho sistema; Linux provee al usuario la responsabilidad de que el sistema pasa a estar en sus manos, es decir,no le da la seguridad instantánea, sino que pone a su disposición los medios para conseguirla.
Como es de suponerse, esta “seguridad de operación” ya no está al alcance de quien trabaje con este sistema, sino sólo de los que están dispuestos a alizar ese esfuerzo adicional, y el reto que esto representa.
Algunos usuarios se han lanzado a Linux con la convicción de que, tras instalar una función cualquiera en su ordenador, que les resuelva sus problemas, se habrá convertido en una panacea.
Por desgracia, nadie ha considerado que Linux es un sistema operativo ideal para redes (probablemente el mejor) y que cualquier instalación activa, de manera automática, múltiples servicios de red que un usuario normal tal vez no necesitaría activar jamás, de acuerdo con las características de sus actividades.
Esto puede ocasionar que, mientras no proceda a cerrarlos, su Linux pueda permitir que un intruso se le cuele a su sistema, particularmente si el usuario es nuevo en estos menesteres y entre a la red desde su cuenta de raíz.
Quizá valdría la pena reflexionar sobre esta situación, para llegar a la conclusión de que muchos de estos usuarios inexpertos estarían bastante más seguros con un Windows bien actualizado.
Es muy paradójico que pensando en adquirir el mejor sistema, el más novedoso, el que permita mayor libertad de acción, el que se presenta como el más seguro…Pueda, en un momento determinado, por razones de desconocimiento, convertirse en la herramienta de trabajo con mayor vulnerabilidad.
La pregunta entonces tendría que replantearse; ya no sería más importante ¿qué es mejor, Linux o Windows? Habría que cuestionarse mejor ¿qué es lo que necesito de acuerdo a mis prioridades, la facilidad de uso de un sistema operativo
como Windows, o la libertad de acción de un sistema como Linux?
Hay que detenerse de vez en cuando en esta carrera hacia la modernización, para mirar la realidad, evaluar y decidir, ¿no cree usted?
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